La inteligencia artificial, tema de la Jornada Mundial de la Paz 2024

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El Papa Francisco convocó a un diálogo abierto sobre el significado de estas nuevas tecnologías, dotadas de un potencial disruptivo y de efectos ambiguos.

 

El pasado martes 8 de agosto el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral anunció una nueva edición de la jornada, que tendrá lugar el 1 de enero sobre la IA (Inteligencia Artificial). La Santa Sede siempre ha promovido el uso responsable de la IA, que es más urgente que nunca ahora que tiene un impacto cada vez más profundo en la actividad humana. “Los avances en el campo de la IA están teniendo un impacto cada vez más profundo en la actividad humana, la vida personal y social, la política y la economía”. El tema será: “La Inteligencia Artificial y Paz”.

“El Papa Francisco llama a un diálogo abierto sobre el significado de estas nuevas tecnologías, dotadas de un potencial disruptivo y de efectos ambiguos”, subraya el comunicado, resaltando “la necesidad de estar vigilantes y de trabajar para que en la producción y uso de tales dispositivos no arraigue una lógica de violencia y discriminación, a expensas de los más frágiles y excluidos: la injusticia y las desigualdades que alimentan conflictos y antagonismos”.

La urgencia, por tanto, es “orientar la concepción y el uso de las inteligencias artificiales de manera responsable, para que estén al servicio de la humanidad y de la protección de nuestra casa común”, con la necesidad de extender esta reflexión ética al ámbito de la educación y del derecho. “La protección de la dignidad de la persona y el cuidado de una fraternidad efectivamente abierta a toda la familia humana son condiciones indispensables para que el desarrollo tecnológico contribuya a promover la justicia y la paz en el mundo”, añade la nota.

La Santa Sede ha implicado en su reflexión al mayor número posible de actores, tanto a nivel científico y tecnológico como colaborando con otras religiones. El pasado 10 de enero, por ejemplo, la Pontificia Academia para la Vida promovió la extensión del documento “Llamamiento de Roma por la ética de la IA”, firmado en 2020 por empresas como Microsoft e IBM, a representantes del judaísmo y del islam. El riesgo es suprimir lo humano en una especie de dictadura de la tecnología que trastorna a la propia humanidad”. El compromiso de la Santa Sede en este sentido es también constante, incluso en las grandes organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas, donde a menudo se han puesto de relieve los riesgos y los abusos del uso de la inteligencia artificial en el armamento y en los conflictos.

El Dicasterio para la Cultura y Educación del Vaticano se ha vinculado al Centro Markkula de Ética Aplicada de la Universidad de Santa Clara y el resultado ha sido un libro con pautas para el uso de la Inteligencia Artificial (IA). El libro se llama ‘Ethics in the Age of Disruptive Technologies: An Operational Roadmap’ (algo así como ‘Ética en la era de las tecnologías disruptivas: una hoja de ruta operativa’) y de hecho la obra está online. “Este libro pretende brindar orientación para los esfuerzos de ética pero no pretende funcionar como asesoramiento legal o asesoramiento de gestión. El Obispo Paul Tighe, integrante de la comisión, nos decía:

“Me complace enormemente acoger con satisfacción el lanzamiento del Manual ITEC.Agradezco especialmente a los autores principales la generosidad y competencia de su contribución. El proceso que han dirigido, y que ha culminado en esta publicación, ha sido un ejercicio de integración de diversas formas de experiencia, de escucha y aprendizaje mutuo. Desde que empecé a reunirme y hablar con altos representantes de Silicon Valley, especialmente con los que trabajan en el ámbito de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, me ha impresionado su deseo de mantener altos niveles éticos para sí mismos y para su industria. Esto ya queda claro en el número de iniciativas que tratan de garantizar que la tecnología esté al «servicio de la humanidad», «para el bien», «centrada en el ser humano», «ética por diseño» y «abierta».

Este deseo de mantener normas éticas refleja tanto un compromiso de hacer el bien como una aversión al riesgo de daños a la reputación y perjuicios comerciales a largo plazo. Lo que es realmente notable es el grado de consenso que ha surgido en cuanto a la definición de los valores éticos que deben guiar la investigación y el desarrollo en tecnología: valores como la inclusión, la transparencia, la seguridad, la equidad, la privacidad y la fiabilidad se identifican sistemáticamente como fundamentales para la correcta búsqueda de la innovación en tecnología y figuran en las propuestas de valor de organizaciones y empresas de muy distintos tipos.

“También resulta muy tranquilizador constatar el alto compromiso ético de los profesionales del sector, que en ocasiones se ha manifestado en su negativa por motivos de conciencia a trabajar en proyectos que consideran perjudiciales para el bienestar humano. Este manual es fruto del deseo de ayudar a directivos muy motivados y bienintencionados a integrar estos principios compartidos en la cultura de sus empresas y del sector en general”.

Al hacerlo, reconoce la legítima pluralidad de sistemas de creencias y valores de quienes trabajan en el sector tecnológico y apela a los ideales y valores humanos básicos que pueden contar, y han contado, con una aceptación general. Pretende identificar procesos y mecanismos que garanticen un enfoque coherente e intencionado de la ética en la toma de decisiones y las prácticas operativas de las empresas. Se concibe como un trabajo en curso que se actualizará y ampliará a la luz de los comentarios de quienes decidan aplicarlo en su organización. Puede sorprender a algunos descubrir el compromiso del Vaticano con este proyecto, pero en última instancia es el resultado de reuniones – «encuentros», por utilizar una de las palabras favoritas del Papa Francisco- entre el Vaticano y el mundo de la tecnología. El manual es el resultado concreto del deseo de promover una conversación inclusiva entre el sector tecnológico y la comunidad humana en general, cuyo futuro estará determinado de muchas maneras por las decisiones que tomen quienes gestionan la innovación. Se trata de una conversación que debe incluir a personas de diversas nacionalidades, de diversas culturas y de diferentes credos y de ninguno, para que aprendamos juntos a construir un mundo mejor para todos.

Por su parte, los autores del Manual (José Roger Flahaux, Brian Patrick Green y Ann Gregg Skeet) recuerdan en el Prefacio que “Los líderes quieren lo mejor para su organización”. Pero también recuerdan que “El liderazgo requiere conocimientos, una visión clara, buen juicio, los recursos adecuados y no dejar nada al azar. Y dentro de esas categorías hay otra, la base no sólo de la buena práctica empresarial, sino de toda la sociedad humana: la ética. La ética es la base sobre la que la gente construye todo lo demás. Las buenas relaciones éticas generan confianza, y la confianza es el fundamento de toda institución social. Sin ella, las relaciones se desmoronan, y si se desmoronan suficientes relaciones sociales, ya no se vive en una sociedad, sino en la anarquía”.

Por eso recuerdan que “Los líderes empresariales no son sólo líderes empresariales, sino también líderes destacados en la sociedad. Dependiendo de cómo actúen, se les admira o se les denigra. Sus acciones están fundamentalmente ligadas a la ética y marcan la pauta para su segmento de la sociedad. Y, sin embargo, si las decisiones de los líderes empresariales son tan vitales para el bienestar de la sociedad, ¿por qué habría alguno de tomar decisiones desalineadas con este objetivo? Hay muchas razones, pero una de ellas es la simple falta de concienciación y conocimiento sobre cómo establecer el tono ético adecuado en toda la organización y hacer operativo el pensamiento ético en todos los procesos de forma que las malas decisiones sean menos comunes y, con suerte, bastante raras”.

Fuente: Infobae